Europa era un lugar sin números, aunque con muchas letras. Sus habitantes no sabían cuántas, puesto que carecían de números para contarlas, Tampoco sabían el número de piernas ni de ojos ni de brazos ni de dedos que tenían.
En las escuelas, cuando los profesores preguntaban a los niños cuántos dedos tenían, ellos decían:
- Varios.
- ¿ Y cuántos dientes?
- Varios.
- ¿ Y cuántos ojos tenéis en el pecho?
- Ninguno
- ¿ Y pelos en la lengua?
- Ninguno
Sólo sabían decir “varios” y “ ninguno”. Hacían preguntas absurdas, como las de los ojos o los pelos, para dar la impresión de que sabían contar.
Cuando las madres mandaban a sus hijos a la tienda para hacer recados, si ellos preguntaban cuántas patatas o magdalenas debían comprar, las madres decían:
- Varias
La gente no cumplía años, sino varios años, o ningún siglo.
Los sabios dijeron a las autoridades que no se podía continuar así, porque para entender la realidad era preciso contarla, o numerarla.
Entonces inventaron los números romanos, que están hechos de mayúsculas. Así la I quería decir uno, la V, cinco, la X, diez,...
No es que fuera fácil contar y numerar con los números romanos pero eran mejor que nada.
- Yo tengo XXX años
- Yo quiero V kilos de patatas.
Entre tanto, había en África unos números árabes muy fáciles de entender y muy prácticos para contar y para numerar las cosas, que al enterarse de las dificultades europeas decidieron emigrar en buscar de un trabajo aritmético digno.
La mayoría de ellos viajaron, por falta de medios, apiñados en pequeñas embarcaciones, llamadas pateras, que con frecuencia naufragaban antes de alcanzar la costa.
Los que lograban alcanzar la costa tenían que huir de los números romanos, que les llamaban extranjeros o moros, despectivamente y les perseguían con leyes y palos.
Pero los números árabes estaban convencidos de que eran más útiles que los números romanos y no dejaban de llegar en busca de una vida mejor para sí mismos o para sus descendientes.
La población, al ver que era más fácil contar o numerar con ellos, empezó a usarlos sin importarle lo que dijeran las leyes.
- Hijo, vete a la tienda y compra 2 botellas de leche y 3 barras de pan.
- Mi padre ha cumplido 43 años.
- Me debes 5 cromos.
Los números romanos comprendieron que su tiempo había pasado y negociaron ser utilizados para la base de los monumentos, o en algunos relojes, donde llevan una vida feliz y son respetados.

¿ Son de verdad extranjeros?
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