
Esta advocación mariana proviene de la
aparición más antigua de la Virgen María. La tradición cuenta
que alrededor del año 40, la Virgen se le apareció en “carne mortal” al
apóstol Santiago el Mayor, a orillas del río Ebro, cuando ella aún vivía
en Éfeso. El apóstol, siguiendo el mandato de Jesús de ir por todo el
mundo a predicar el Evangelio, había llegado hasta España, pero se
encontraba desanimado por los problemas para evangelizar aquella región.
Animado por
esta aparición, y por mandato de la Virgen, Santiago junto a los siete
primeros convertidos de aquel lugar edificaron una primitiva capilla de
adobe en la vera del río Ebro. En aquella capilla colocaron la columna
de jaspe que la Virgen les había dejado como testimonio de su visita,
esta columna es conocida popularmente como «el Pilar», y aún hoy es
venerada en aquel lugar.
Este testimonio está plasmado en un
manuscrito de 1297, época en que comenzó la devoción a esta advocación
con las primeras peregrinaciones. Con el paso del tiempo, la gente de
Zaragoza fue mejorando la primitiva capilla, hasta llegar a construir
una inmensa y preciosa Basílica.
En 1642 la Virgen del Pilar fue proclamada
patrona de Zaragoza, en 1678 patrona de todo el Reino de Aragón y
también patrona de la Hispanidad.
Fuente: http://www.profesoradodereligion.com
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