1 de noviembre: todos los santos

Hoy, 1 de noviembre, la Iglesia celebra una gran solemnidad: Todos los Santos. 

Esta es una fiesta muy importante, pues, en ella, la Iglesia recoge y transmite la gran tradición de hacer memoria de la vida de hombres y mujeres de fe, que dedicaron sus vidas a seguir el mensaje y el estilo de vida de Jesús de Nazaret y, por ello, han sido un ejemplo para la humanidad de todos los tiempos. 

Con ello, la Iglesia quiere resaltar la vocación universal de los cristianos a la santidad, la invitación a todo ser humano a un cambio radical en su vida que le permita ser feliz, ser santo, y pedir la intercesión de los santos para conseguir dicho objetivo.

Esto ha sido una constante en la vida de la Iglesia desde sus comienzos. Ya en el siglo V es conocida una fiesta de Todos los Santos en algunas Iglesias de Oriente, desde donde se extiende a Occidente, a Roma. La memoria que se hace de los santos, en ese lejano siglo V, es principalmente de los mártires, de aquellos cristianos que dieron la vida por defender su fe en Cristo y no renunciar a ella, ni sucumbir a la exigencia de dar culto al emperador romano.

Posteriormente, el Papa Bonifacio IV, en el año 610, establece el 13 de marzo como día de la fiesta de Todos los Santos y, dos siglos después, en el año 835, el Papa Gregorio IV la cambia definitivamente a su fecha actual: el día 1 de noviembre.

A lo largo de 20 siglos de historia de la Iglesia, los santos han sido, en todo momento, "luces que iluminan la historia de la humanidad" (Benedicto XVI), de manera que, a través de ellos, se puede decir que el cristianismo ha ido revitalizando la sociedad humana de cada época histórica.

¿Podrá hoy el cristianismo, siguiendo el ejemplo de Todos los Santos, inspirar una cultura global? Ese es el reto que hoy se plantea a los cristianos. Pero no es un reto nuevo, ya sucedió antes, al principio del cristianismo. Los primeros cristianos lo consiguieron. ¿Podremos conseguirlo los cristianos de hoy en una sociedad como la actual?

Este es el reto que plantea el siguiente vídeo que he obtenido del canal "Primeros Cristianos". Los comienzos de la Iglesia y su expansión a través de una sociedad hostil a la nueva fe, como era el Imperio Romano, y cómo fue la sangre de los mártires y la obra de los santos la que hizo el milagro de la cristianización de todo un Imperio, que fue la base de la unidad y de la conciencia de todo un continente: Europa.